9 de enero de 2024

La incontinencia urinaria es un síntoma que afecta a 1 de cada 4 mujeres, como podrás ver, es mucho más común de lo que se cree. Aún así, está rodeado de tabúes por sus síntomas, pero para eso estamos nosotros. En esta nota te explicaremos con más profundidad qué es la incontinencia urinaria femenina y los tratamientos que pueden haber, entre ellos los ejercicios de Kegel, el entrenamiento de la vejiga y la terapia hormonal.
La respuesta corta es sí. Las mujeres, debido a factores como el embarazo, el parto, la menopausia y la estructura anatómica del sistema urinario, son más susceptibles a experimentar incontinencia urinaria en comparación con los hombres. Los diferentes eventos de vida y diferencias anatómicas pueden debilitar los músculos del suelo pélvico y afectar la función normal de la vejiga.
Aunque existe tanto incontinencia urinaria en hombres como en mujeres, las causas y manifestaciones suelen ser diferentes. Como te contábamos, en las mujeres, esta condición está más relacionada con cambios hormonales, embarazos, partos vaginales o la menopausia, que debilitan los músculos del suelo pélvico. En cambio, en los hombres, la incontinencia urinaria suele asociarse a problemas de próstata, cirugías o envejecimiento del sistema urinario. Mientras que en ellas es más frecuente la incontinencia de esfuerzo o de urgencia, en ellos predominan los casos de goteo posterior a la micción o incontinencia por rebosamiento. Así como sus causas son diferentes, sus tratamientos también lo serán.
Los síntomas comunes de la incontinencia en mujeres incluyen: la pérdida involuntaria de orina, especialmente al toser, estornudar, reír o hacer ejercicio (incontinencia de esfuerzo), la urgencia repentina de orinar (incontinencia de urgencia), y en algunos casos, una combinación de ambos (incontinencia mixta).
El tratamiento dependerá del tipo de incontinencia con el que se esté viviendo, pero hay algunos tips que te queremos compartir que, independientemente del tipo de incontinencia, te ayudarán a llevar un mejor control de la vejiga.
Modificar ciertos hábitos puede ser un primer paso efectivo. Esto incluye reducir la ingesta de líquidos antes de dormir, evitar alimentos y bebidas que irriten la vejiga como la cafeína y el alcohol, y ciertos diuréticos como el agua de jamaica. Además, no fumar y mantener un peso saludable sumado a una dieta rica en fibra que mejore el tránsito intestinal, ayudará a quitarle presión al suelo pélvico.
Esta técnica implica orinar en horarios programados y aumentar gradualmente el tiempo entre las visitas al baño. Esto ayuda a entrenar la vejiga para retener la orina por más tiempo y reducir los episodios de urgencia.
Los ejercicios de Kegel fortalecen los músculos del suelo pélvico, lo que es crucial para controlar la vejiga. Son especialmente útiles para la incontinencia de esfuerzo.
Dependiendo del tipo y la causa de la incontinencia, se pueden prescribir medicamentos. Por ejemplo, los medicamentos anticolinérgicos pueden ayudar a controlar la incontinencia de urgencia.
En casos más severos, se pueden considerar opciones quirúrgicas. Estos incluyen la colocación de mallas para sostener la vejiga o la uretra, también conocidos como dispositivos de soporte vaginal o pesarios, inyecciones de agentes de volumen, o cirugías para ajustar o sostener la vejiga y la uretra.
Existen también medidas preventivas que pueden ayudar a evitar la incontinencia urinaria en mujeres. Algunas de las más efectivas son:
Estas prácticas ayudan a reducir el riesgo de presentar goteo después de orinar o escapes de orina en general.
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