10 de septiembre de 2025

¿Has escuchado hablar de la presencia de proteínas en la orina? Es bastante común encontrarse con este término especialmente en consultas médicas o análisis de laboratorio, y aunque puede sonar alarmante, no siempre significa que exista un problema grave, pero sí es una señal a la que conviene poner atención.
En este artículo vamos a contarte qué significa tener proteínas en la orina, cuáles son los niveles normales, qué enfermedades pueden estar detrás de este aumento y qué puedes hacer para cuidar tu salud urinaria en el día a día.
Las proteínas son moléculas formadas por aminoácidos que cumplen tareas esenciales para el funcionamiento del cuerpo, tales como reparar y mantener tejidos, participar en la formación de enzimas y hormonas, contribuir a la defensa del organismo a través de los anticuerpos, y transportar oxígeno en la sangre mediante la hemoglobina.
En condiciones normales, las proteínas circulan en la sangre y no deberían filtrarse en grandes cantidades hacia la orina, ya que los riñones funcionan como un filtro que impide su paso; sin embargo, un exceso de proteínas en la orina puede señalar problemas en los riñones u otras condiciones médicas que requieren atención.
La aparición de proteínas en la orina (conocida como proteinuria) ocurre cuando los riñones presentan algún daño o alteración en su capacidad de filtrado. Esto significa que las proteínas, en lugar de permanecer en la sangre, se eliminan a través de la orina.
Ahora bien, aunque existen causas temporales y benignas, como el ejercicio intenso, el estrés, la fiebre o la deshidratación, si la proteinuria es persistente, puede ser un signo de enfermedades más serias relacionadas con algún daño directo en los riñones, el aumento de la presión en los vasos sanguíneos, el exceso de glucosa en la sangre (diabetes), o bien, debido a enfermedades sistémicas, como lupus o artritis reumatoide, que inflaman y afectan tejidos influyendo los renales.
Como lo mencionábamos antes, el desajuste en la retención de las proteínas en la sangre y las fugas de estas hacia la orina puede estar ligado a distintas enfermedades, muchas de ellas de los riñones, pero también con otros órganos o sistemas.
Para que no te quedes con la duda, aquí te explicamos algunas de las principales enfermedades que pueden provocar un aumento de proteínas en la orina, cómo afectan al cuerpo y por qué hacen que los riñones dejen de filtrar como deberían.
Enfermedad renal crónica: Es una de las principales causas de la proteinuria. En esta condición, los riñones van perdiendo poco a poco su capacidad de filtrar la sangre, lo que provoca que sustancias como la albúmina, que normalmente deberían quedarse en la sangre, se filtren y aparezcan en la orina. Con el tiempo, la enfermedad renal crónica puede llevar a insuficiencia renal si no se controla adecuadamente.
Diabetes: En este caso, los niveles elevados de glucosa deterioran las paredes de los filtros renales, permitiendo el paso de proteínas hacia la orina. La proteinuria, de hecho, es una de las primeras señales de que la diabetes está afectando la función renal.
Hipertensión arterial: La presión alta también puede dañar los vasos sanguíneos que alimentan los riñones. Cuando esto ocurre, los filtros renales se vuelven más “permeables” y permiten el paso de proteínas. Por ello es importante controlar la presión arterial para evitar este daño silencioso que muchas veces avanza sin dar síntomas.
Infecciones urinarias o renales: Las infecciones en las vías urinarias o directamente en los riñones generan inflamación. Esa inflamación altera el funcionamiento normal del filtrado y puede provocar que aparezcan proteínas en la orina de manera temporal. Una vez que la infección se trata, los niveles suelen volver a la normalidad.
Lupus y otras enfermedades autoinmunes: El lupus es una enfermedad en la que el propio sistema inmunológico ataca tejidos y órganos. Cuando afecta a los riñones, se le llama lupus nefritis, y una de sus manifestaciones es la proteinuria.
Problemas del corazón: Cuando el corazón no bombea suficiente sangre, el flujo hacia los riñones se reduce, alterando su función y provocando la filtración de proteínas en la orina.
Tener un poco de proteína en la orina no siempre es motivo de alarma, de hecho, es normal que aparezcan pequeñas cantidades de forma esporádica después de ciertos esfuerzos o ciertas reacciones a infecciones. En estos casos suelen ser pasajeros y no indican necesariamente un problema de salud.
No obstante, el nivel empieza a considerarse elevado cuando las proteínas se mantienen en la orina de manera constante o en cantidades superiores a lo esperado. En términos médicos, se habla de proteinuria cuando hay más de 150 mg de proteína al día en la orina, por lo tanto, si la cantidad supera 1 gramo diario, ya se considera un nivel importante que requiere atención médica, más aún, cuando llega a los 3,5 gramos o más al día, clasificándose como síndrome nefrótico, un cuadro más serio que indica un daño renal significativo.
En la práctica clínica, la medición de la cantidad de proteína en la orina se realiza mediante un examen de orina. El más común es la tira reactiva, que da una idea rápida de la presencia de proteínas, aunque no mide cantidades exactas. Por ello, si se desea tener un resultado más preciso, los médicos suelen pedir un análisis de orina de 24 horas o una relación proteína/creatinina en muestra aislada, que permiten cuantificar la cantidad real de proteínas eliminadas.
Dicho esto, no todo rastro de proteína en la orina es preocupante y no siempre requiere un análisis particular, pero cuando los niveles son altos o persistentes, se convierte en una señal de alerta que no debe pasarse por alto.
Como hemos venido diciendo, cuando los niveles de proteínas en la orina se mantienen altos por mucho tiempo, puede ser una señal de que los riñones están empezando a fallar. Los riñones funcionan como filtros súper finos, es decir, dejan pasar lo que el cuerpo no necesita y retienen lo que sí necesita, como las proteínas. Si este filtro se daña, las proteínas se escapan a la orina, y eso puede ser el primer indicio de insuficiencia renal.
Cuando la insuficiencia renal aparece, puede ser de forma aguda o crónica. La forma aguda sucede de manera repentina, por ejemplo, después de una infección grave, deshidratación extrema o un golpe fuerte en los riñones; en estos casos, los síntomas aparecen rápido y requieren atención médica inmediata. Por otro lado, la forma crónica se desarrolla lentamente, a veces durante años, y muchas veces pasa desapercibida hasta que la función renal está bastante afectada.
En cualquier caso, la presencia de proteínas en la orina suele ser una de las primeras señales de alerta de insuficiencia renal, aunque también viene acompañada de hinchazón en pies y manos, cansancio constante, presión arterial alta o cambios en la cantidad de orina.
Así pues, detectar la proteinuria a tiempo es fundamental porque permite actuar antes de que los riñones se dañen demasiado y aparezcan complicaciones más serias.
El tratamiento de la proteinuria depende mucho de la causa que esté provocando que las proteínas se filtren en la orina. No es lo mismo si se debe a una infección pasajera, a un daño renal, a la diabetes o hipertensión. Por eso, lo primero siempre es identificar con claridad qué está pasando y dejar que un especialista indique el mejor camino.
Una vez se haya detectado la causa, los médicos pueden recomendar cambios en la alimentación, como reducir la sal y controlar el consumo de alimentos ultra procesados, así como ajustar la ingesta de líquidos según cada caso. También es muy común que se indique un control más estricto de enfermedades crónicas que afectan a los riñones, como la diabetes o la hipertensión.
En otros casos, se prescriben medicamentos que protegen directamente los riñones, ayudando a disminuir la presión dentro de los filtros renales y a limitar la pérdida de proteínas; de hecho, si la proteinuria se debe a una infección, el tratamiento adecuado con antibióticos suele resolver el problema.
Pero además de los tratamientos médicos, los hábitos de vida juegan un papel fundamental. Dormir bien, mantener un peso saludable, hacer actividad física moderada y evitar el consumo excesivo de alcohol o tabaco contribuyen a cuidar los riñones y la salud en general.
Cuidar la salud de tus riñones y del sistema urinario no tiene por qué ser complicado. Empieza por incluir pequeños hábitos diarios como beber suficiente agua a lo largo del día para mantenerte hidratado y ayudar a que los riñones filtren mejor la orina y esta no se concentre demasiado; y también presta atención a lo que comes y bebes, por ejemplo, reduciendo la sal y el exceso de azúcar, la ingesta de alcohol y café, así como manteniendo una dieta balanceada y un peso saludable.
Por otro lado, es importante no aguantarse las ganas de orinar por demasiado tiempo. Cuando se retiene la orina, se genera presión en la vejiga y los riñones pueden verse afectados a largo plazo. Ahora que, si tienes alguna condición, como incontinencia urinaria, TENA® está pensado para ayudarte a sentirte tranquila y protegida mientras sigues con tu rutina, sin que tengas que preocuparte por accidentes o incomodidades. Tenemos un producto para cada nivel de escape que se adaptan a tu cuerpo, tu estilo de vida y protegen tu piel sin causar irritaciones por escapes de orina (unas gotitas también son incontinencia) o malos olores.
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