22 DE MARZO DE 2021
Los miomas son tumores benignos que pueden surgir dentro del aparato reproductor femenino y son muy frecuentes en las mujeres, muy pocas veces tienen relaciones con el cáncer, estos son denominados sarcomas. Los miomas uterinos son muy frecuentes entre el 25 y 50% de las mujeres, es decir, que una de cada tres mujeres puede presentar miomas únicos o múltiples.
Los miomas uterinos, también conocidos como fibromas uterinos, se forman a partir del tejido muscular liso del útero. Aunque no se conocen con precisión las causas exactas de su formación, se cree que varios factores pueden contribuir a su desarrollo, incluyendo:
Hormonas: Los miomas uterinos son tumores hormonodependientes, lo que significa que su crecimiento está influenciado por las hormonas femeninas, como los estrógenos y la progesterona. Durante los años reproductivos de una mujer, cuando los niveles de estas hormonas son más altos, es más probable que los miomas crezcan. Por esta razón, los miomas suelen ser más comunes en mujeres en edad fértil y tienden a disminuir de tamaño después de la menopausia, cuando los niveles hormonales disminuyen.
Genética: Existe evidencia que sugiere que la predisposición genética puede jugar un papel en la formación de miomas. Las mujeres con antecedentes familiares de miomas tienen un mayor riesgo de desarrollarlos.
Factores de estilo de vida: Algunos factores de estilo de vida, como la obesidad y el consumo excesivo de alcohol, han sido asociados con un mayor riesgo de desarrollar miomas. Además, se ha observado que las mujeres que han dado a luz tienen un menor riesgo de desarrollar miomas en comparación con aquellas que no han tenido hijos.
Otros factores: Otros factores, como la edad, la etnia y la dieta, también pueden influir en el riesgo de desarrollar miomas, aunque la investigación sobre estos aspectos no siempre es concluyente.
Existen diferentes tipos de miomas que pueden aparecer en el organismo de las mujeres, el tumor es el mismo, pero se clasifican dependiendo a su función y su localización. Esto también depende del tamaño y de los síntomas asociados a sus patologías, se clasifican como:
Son tan frecuentes que lo más habitual es que no produzcan síntomas aunque sean muy grandes, pueden llegar a medir hasta 10 cm de diámetro y sin generar ningún problema a la paciente a lo largo de su vida; sin embargo, hay algunos problemas que pueden surgir como:
El diagnóstico de un tratamiento de miomas depende demasiado de los síntomas y de cómo interfieren la calidad de vida de la paciente; por ejemplo, puede afectar en el periodo menstrual generando sangrados largos, los cuales con el tiempo pueden causar anemia. Muchas veces la paciente es tratada con medicamentos hormonales antes de requerir una cirugía, pero es indispensable hablar con el médico para evaluar los riesgos y beneficios de cada procedimiento, también se recomienda esperar para analizar la evolución del mioma si es que se está lejos de la menopausia.
En cuanto al tratamiento de los miomas uterinos, es común recetar medicamentos hormonales antes de considerar la cirugía como opción. Estos medicamentos hormonales pueden incluir agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), que ayudan a reducir los niveles de estrógeno y progesterona, lo que puede provocar una disminución en el tamaño de los miomas y aliviar los síntomas asociados.
Además de los medicamentos hormonales, existen otros enfoques de tratamiento que pueden considerarse. Uno de ellos es la embolización uterina, un procedimiento en el que se bloquean los vasos sanguíneos que alimentan los miomas, lo que conduce a su reducción de tamaño y alivio de los síntomas. Otra opción es la miomectomía, una cirugía en la que se extirpan los miomas mientras se conserva el útero. Este enfoque puede ser especialmente adecuado para mujeres que desean preservar su fertilidad.