22 de julio de 2021
¿Has oído hablar de las várices? Estas son venas hinchadas y retorcidas que se pueden observar por debajo de la piel, generalmente se dan en las piernas pero a veces también en otras partes del cuerpo.
Las várices son un padecimiento muy común y usualmente se da en las mujeres mayores, personas con obesidad, vida sedentaria o en algunos tipos de embarazo.
Cuando las paredes de las venas y las válvulas se ensanchan, la sangre tiene paso libre para retomar por donde vino, es por eso que se ven tortuosas y se presentan las famosas várices.
Algunos tipos de varices como las llamadas “arañitas” pueden ser asintomáticas. Por otro lado, las venas gruesas producen:
Las mujeres tienen mayor posibilidad de padecerlas por predisposición genética pero los hombres también pueden presentarlas.
En los hombres se conoce también como embolización de varicocele y es una vena agrandada con flujo sanguíneo anormal, esto puede causar dolor, hinchazón o infertilidad.
Si no son tratadas a tiempo pueden presentar úlceras, infecciones o algunos tipos de dermatitis.
Es importante que si las llegas a padecer acudas de inmediato con tu médico de cabecera para que te recete el tratamiento más adecuado. Recuerda no automedicarte para tratar esta enfermedad.
Mejorar el flujo sanguíneo y el tono muscular puede reducir el riesgo de venas varicosas o várices. Procura cambiar de postura con frecuencia mientras estás sentado o de pie, sigue una dieta rica en fibras y con bajo contenido de sal; además, levanta las piernas cuando estés sentado o acostado.
El objetivo de los tratamientos para las várices, es aliviar los síntomas, evitar que empeoren, mejorar el aspecto y prevenir complicaciones graves, como úlceras y sangrado.
Algunos cambios en el estilo de vida que pueden ayudar con las várices son:
Tu médico también podría recomendarte terapia compresiva y analgésicos para aliviar los síntomas de las várices o algunas intervenciones como: ablación térmica endovenosa, escleroterapia o flebectomía.