16 DE NOVIEMBRE DE 2020

CUIDANDO DE MI PARA PODER CUIDAR DE TI


16 DE NOVIEMBRE DE 2020

CUIDANDO DE MÍ PARA PODER CUIDAR DE TI

Según la OMS, cerca del 25% de la población mundial es víctima de trastornos mentales en algún momento de su vida, esto afecta a la pirámide completa de necesidades, y a toda la esfera social de un individuo. Por ende, el desarrollo de este tipo de afecciones tiene un impacto negativo como tal no solo a nivel mental, sino que representa una alteración inminente del bienestar físico.

En el momento que se decide atender la salud de terceros, sea a nivel de ámbito laboral o en un entorno familiar, se debe tener presente que, para poder atender la salud de los demás la salud propia debe ser prioridad. Caer en el desgaste mental y/o físico representa no solo un riesgo para el paciente, sino un factor de riesgo para desarrollar lesiones en la persona que se encuentra brindando los respectivos cuidados de salud.

Síndrome del cuidador quemado

El Síndrome de Burnout o Síndrome de Cuidador Quemado es uno de los trastornos mentales más comunes en la población, conocido como Síndrome por desgaste Profesional, y este año se incorporó a la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, utilizada para establecer tendencias y estadísticas sanitarias.

Estrés en el cuidador

Hay diferentes tipos de estrés, que pueden resultar confusos y hasta su tratamiento, pero tienen características, duración, síntomas y tratamiento.

El estrés agudo es uno de los tipos más comunes, surge de las exigencias y presiones del pasado reciente y anticipadas del futuro cercano, afortunadamente es fácil de reconocer, porque no tiene tiempo para causar daños importantes asociados con el estrés a largo plazo. Los síntomas más comunes son:

  • Agonía emocional: es una combinación de enojo o irritabilidad, ansiedad y depresión, las tres emociones del estrés.
  • Problemas musculares: incluyen dolores de cabeza tensos, dolor de espalda, dolor en la mandíbula y tensiones musculares que derivan en desgarro muscular y problemas en tendones y ligamentos.
  • Problemas estomacales e intestinales: como acidez, flatulencia, diarrea, estreñimiento y síndrome de intestino irritable.
  • Sobreexcitación pasajera: que deriva en elevación de la presión sanguínea, ritmo cardíaco acelerado, transpiración de las palmas de las manos, palpitaciones, mareos, migrañas, manos o pies fríos, dificultad para respirar, y dolor en el pecho.

Otro tipo, es el estrés agudo episódico, se presenta cuando se sufre estrés agudo con mayor frecuencia, es común que las personas con este padecimiento estén demasiado agitadas, tengan mal carácter, sean irritables, ansiosas y estén tensas, suelen describirse como personas con "mucha energía nerviosa". Siempre están apuradas, tienden a ser cortantes y a veces su irritabilidad se transmite como hostilidad; las relaciones interpersonales se deterioran con rapidez cuando otros responden con hostilidad real, el trabajo se vuelve un lugar muy estresante para ellas.

Otro de los tipos es el estrés crónico, este tipo resulta ser muy agotador porque desgasta a las personas día tras día, año tras año. Algunos tipos de estrés crónico provienen de experiencias traumáticas de la niñez que se interiorizaron y se mantienen dolorosas y presentes constantemente. Algunas experiencias afectan profundamente la personalidad, generando una visión del mundo, o un sistema de creencias, que provoca un estrés interminable para la persona (por ejemplo, el mundo es un lugar amenazante, las personas descubrirán que finge lo que no es, debe ser perfecto todo el tiempo). Cuando la personalidad o las convicciones y creencias profundamente arraigadas deben reformularse, la recuperación exige el autoexamen activo, a menudo con ayuda de un profesional.

Debido a que los recursos físicos y mentales se ven consumidos por el desgaste a largo plazo, los síntomas de estrés crónico son difíciles de tratar y pueden requerir tratamiento médico y de conducta y manejo del estrés.

Ejemplos del Síndrome del Burnout

El Síndrome de Burnout puede manifestarse de diversas maneras en la vida de un cuidador. Por ejemplo, imaginemos a alguien que constantemente se siente abrumado por la carga emocional y física de cuidar a un ser querido. Este individuo podría experimentar síntomas como agotamiento extremo, pérdida de interés en actividades anteriormente placenteras, y resentimiento hacia la persona dependiente.

Otro escenario podría ser un cuidador que, debido a la presión constante, comienza a experimentar problemas de salud física y mental, como dolores de cabeza crónicos, trastornos del sueño y una sensación persistente de ansiedad. Estos ejemplos ayudan a visualizar cómo el Síndrome de Burnout afecta la calidad de vida del cuidador.

Consejos prácticos para la prevención del síndrome del burnout

En la lucha contra el Síndrome de Burnout, es fundamental proporcionar a los cuidadores herramientas prácticas para preservar su bienestar. Estos pueden incluir la importancia de establecer límites, la búsqueda activa de apoyo emocional y la incorporación de pausas regulares para el autocuidado. La promoción de una mentalidad que priorice la salud propia para poder brindar un cuidado efectivo es esencial.

Para determinar cuál es la sobrecarga actual del cuidador, te recomendamos realizar el Test de Zarit.

El papel del cuidador

En la mayoría de casos cuidar es una tarea solidaria e ingrata, conmovedora, satisfactoria y que exige tiempo; el hecho de cuidar a una persona sea en ámbito laboral o familiar es una de las experiencias más dignas y merecedoras de reconocimiento por parte de la sociedad. La necesidad de cuidado aparece con el desarrollo de algún tipo de dependencia, esto como resultado del envejecimiento, disminuciones, accidentes y enfermedades crónicas.

La persona con dependencias necesita la ayuda o los cuidados de otra persona para realizar las actividades diarias, la atención a las personas con dependencias sigue recayendo en familias y en su mayoría en mujeres. Cuidar es una actividad que muchas personas realizan a lo largo de su vida. La experiencia de cuidar es única, ya que existen distintos aspectos que hacen que esta experiencia sea diferente en cada cuidador, definiendo la dependencia como “la necesidad de ayuda o asistencia importante para poder realizar las actividades de la vida cotidiana”, esto no es sólo sinónimo de vejez, puesto que puede aparecer a cualquier edad, aunque las personas mayores suelen ser las más afectadas.

Tipos de dependencia del paciente

Dependencia física

Hace referencia a una persona que pierde el control de sus funciones corporales y de su interacción con los elementos físicos del entorno; algunos ejemplos son la esclerosis múltiple o las consecuencias producidas por un traumatismo cerebral.

Dependencia psíquica o mental

Cuando la persona pierde la capacidad de resolver sus problemas y de tomar decisiones, por ejemplo: el retraso mental, enfermedad de Alzheimer, etc.

Dependencia sensorial

Es un tipo de dependencia debida a alteraciones en alguno de los sentidos, como la vista y el oído, fundamentalmente. Esta alteración repercute en la capacidad de la persona para desarrollarse en su vida cotidiana (desplazamientos, leer, realizar las tareas domésticas, conducir, trabajar, etc.). Algunos ejemplos son la ceguera por diabetes o la sordera en niños a causa de una meningitis.

Dependencia mixta

Se inicia a partir de una enfermedad que provoca problemas de diversa índole, como dependencia física por afectación de la movilidad asociada a problemas sensoriales, problemas de habla, dificultades para tragar y de comunicación, dos ejemplos serían la parálisis cerebral o la enfermedad de Parkinson.

Tipos de cuidadores

En cuanto a los tipos de cuidadores, existen tres definidos:

Cuidador principal

Persona encargada de la mayor parte del cuidado del enfermo, suele vivir en el mismo domicilio que el enfermo o muy cerca de éste, y suele tener una relación familiar muy próxima.

Cuidador formal

Es aquella persona o personas con una formación adecuada para cuidar al enfermo y que cobran una remuneración por hacerlo.

Cuidador informal

Personas que forman parte del entorno familiar y colaboran en mayor o menor medida en la atención al enfermo.

Se denominan cuidador familiar (o informales) al conjunto de personas, en un 85% mujeres, que dedican una importante actividad diaria al cuidado de sujetos con dependencias o discapacidades permanentes. Suponen un colectivo cada vez más numeroso que realizan una tarea necesaria (entre un 5 y un 10% de los mayores de 65 años tienen limitaciones de autocuidado y movilidad) que, sin embargo, es poco visible y reconocida socialmente.